Rogelio Valdés
17 mar 2022
Hablando con algunos alumnos y padres de familia que forman parte de nuestra escuela me di cuenta que muchos de nuestros alumnos experimentaron bullying en algún momento en sus escuelas anteriores. Estuve reflexionando sobre este tema y porque no tenemos casos de acoso en nuestra escuela y es porque la metodología de aprendizaje que creamos resultó ser una forma excelente de prevenir y contrarrestar el bullying. Hoy voy a hablar sobre como otras escuelas pueden poner en practica esto que hacemos para formar una comunidad más sana.
Dinámica de grupos
Estoy seguro que en la mayoría de los casos los maestros quieren en intentan de muchas formas frenar el acoso escolar. Sin embargo los incentivos de una escuela tradicional no están alineados con esto y provoca que la dinámica del grupo vaya en dirección contraria.
El objetivo en una escuela tradicional es que el promedio del grupo sea el más alto posible en las evaluaciones estandarizadas. Nos convertimos en lo que medimos y suena algo contra intuitivo pero seguir esta métrica como la principal nos aleja de tener un mejor aprovechamiento académico individual.
La dinámica que se debe llevar para incrementar el promedio general del grupo no permite la personalización del aprendizaje. Como todo el grupo tiene que avanzar a un ritmo constante resulta mucho más prioritario para el maestro resolver las dudas de los alumnos que se van quedando atrás académicamente, en lugar de resolver conflictos entre compañeros. Y de nuevo, muchas veces no es negligencia por parte del maestro, sino que están en una carrera de tiempo y no les es posible detenerse porque “ya vienen los exámenes la próxima semana”.
Si la métrica de éxito se basara en un aprovechamiento individual, donde se espera que cada alumno compita consigo mismo, sería primordial para el maestro resolver estos conflictos. Porque cuando hay bullying existe un mal aprovechamiento del aprendizaje por los dos lados. Tanto por parte de la víctima como del acosador. Incluso cuando una de los involucrados tiene excelentes calificaciones. Si la mayor parte de su día se pierde en conflictos de acoso imagínate todo lo que podría avanzar sin esta distracción.
No estoy en contra de las pruebas estandarizadas ni con medir el promedio del salón. Pero no debe ser la métrica principal como para que decida la dinámica de grupo.
Desarrollo socio-emocional
Ya lo he comentado antes. En una escuela presencial el desarrollo socio-emocional se da natural e incluso por accidente. No es necesario planear las interacciones entre los alumnos porque socializan solos. Tan natural como pedirle prestado un lápiz al de al lado, jugar en el recreo o tener una discusión.
En línea no tenemos estas interacciones de forma natural y por eso los niños que toman clases tradicionales por zoom sienten que no socializan. Desde el principio vimos este como un punto fundamental si queríamos ser una escuela en línea y creamos una sería de actividades específicamente para fomentar el desarrollo socio-emocional. Y no me refiero a trabajos en equipo, de eso voy a hablar más adelante.
Nosotros trabajamos con debates, diálogos socráticos, juegos, retos y simulaciones que llevan a los alumnos a diferentes situaciones. Aquí necesitan negociar, comunicarse de forma efectiva, escuchar a los demás, tomar en cuenta otros puntos de vista, convencer y aprender a cambiar de opinión.
Probablemente aprendiste a negociar en el recreo de la escuela cuando convenciste a tus compañeros de jugar a otra cosa. Pero por lo mismo hoy de adultos decimos cosas como “eso lo aprendí en la calle” o “nadie me lo enseño”. La escuela debe participar para enseñar estas habilidades también. Nosotros lo estamos haciendo en línea. En presencial es aún más sencillo.
Trabajos en equipo
Ahora si vamos a hablar de los trabajos en equipo y los proyectos. Ya todas las escuelas incluyen el trabajo en equipo como parte del curriculum y eso está excelente. El problema es de nuevo el objetivo que tienen estos trabajos.
Es muy común que se vea como objetivo el adquirir un conocimiento académico cuando se hacen proyectos en equipo. Si solo se mide el resultado o calificación final nos lleva a tener equipos donde solo unos pocos hacen todo el trabajo y se genera tensión entre los miembros.
Necesitamos que los trabajos en equipo propicien y midan el desarrollo socio-emocional. Que realmente se trabaje en equipo. Porque al final es más importante que los alumnos hayan aprendido a trabajar juntos que si se aprendieron la tabla periódica.
Tamaño de grupos
Finalmente tenemos que si seguimos educando en grupos de 20-30 alumnos, aunque se cambien todos los aspectos anteriores, seguirá habiendo acoso. Es imposible para un maestro o mentor apoyar y guiar en todos los conflictos que surgen cuando hay grupos tan grandes.
Nosotros trabajamos con grupos de 10 alumnos por mentor. Todavía 15 puede funcionar. Pero con grupos de 20 son demasiado grandes para poder brindar una educación personalizada y una atención a cada alumno.
Comentarios finales
En Robin llevamos años desarrollando una metodología que se basa en la colaboración, competencia sana, trabajo en equipo y sobre todo la personalización del aprendizaje. Nuestro objetivo no era acabar con el bullying pero en este tiempo nos hemos dado cuenta que esta fue la receta perfecta para que no existieran casos de acoso entre alumnos.
Esto no quiere decir que no haya conflictos. El conflicto es normal y de hecho es necesario para el aprendizaje socio-emocional. Pero son conflictos que llevan a una resolución adecuada.
Si formas parte de una escuela o eres un padre de familia que está viendo el problema del bullying y quiere cambiarlo puedes escribirnos a hola@robinacademy.com y con gusto te podemos compartir parte de la metodología que hemos utilizado para que no exista el bullying en nuestra escuela primaria y secundaria.