Cuando mi Maestra me Llamó Inteligente

Cuando mi Maestra me Llamó Inteligente

Victoria Cantú

27 sept 2020

 

 

En preparatoria llevé una materia muy interesante sobre habilidades del pensamiento, trataba sobre los procesos que lleva a cabo nuestra mente para guardar información. Era la materia considerada “de relleno” pero yo no la veía así, y de hecho, me gustaba mucho todo lo que abarcaba.

No recuerdo en cuál tema íbamos, pero la maestra dentro de su explicación dijo algo como “si se trabaja en ello, la inteligencia se puede seguir desarrollando, y puedes llegar a ser más inteligente que antes”. Apenas escuché esta declaración, me llene de tal angustia que no pude abstenerme de levantar la mano y preguntar “y si no se trabaja en desarrollar la inteligencia, ¿también se puede ir perdiéndola?”. La maestra sonrió y me dijo que sí, pero que no me preocupara, porque si continuaba haciendo ese tipo de preguntas acerca de todo lo que aprendiera, no dejaría de ser tan inteligente como lo era.

Y bueno ya se imaginarán lo roja que me puse por el cumplido. Y a partir de ahí he de aceptar que le fui tomando más cariño a la maestra… pero en fin, más allá de sentimentalismos quise exponerles cómo me di cuenta que podía hacerme más inteligente y aprender más cosas (sabrán que a mí me encanta aprender de casi cualquier tema).

Ya sea leyendo un libro, un artículo en internet, en clase o que algún amigo me cuente sobre algo, siempre me cuestiono sobre elementos que quizás no son el centro del tema, pero que lo complementan y que me ayudarán a ampliar mi panorama de conocimiento.

Por ejemplo (y disculpen si es un ejemplo muy burdo, pero captarán la idea) cuando veo a un perro en la calle y quiero saber qué raza es, investigo en internet y JAMÁS me limito a la primera respuesta que me sale, que si bien es lo que responde a mi duda inicial, no es suficiente para mí, y continúo leyendo donde dice que salió a partir de la combinación de otras cuatro razas, y entonces me dirijo a cada raza, y luego de qué país provienen, y luego en qué momento de la historia se produjeron, y así voy creando una red de conceptos relacionados a partir de preguntarme ¿por qué? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Desde cuándo? ¿Para qué? ¿Hay algo más? ¿Y si fuera de otra manera?

Y es esa misma red de conceptos, que pudiera parecer inútil en ese momento, la que después me sacará de otras dudas e incluso la que me hará sacar de dudas a otros.

Tratemos de no conformarnos con lo mínimo elemental, seamos curiosos, investiguemos, hagamos un hábito el ir más allá de lo que se nos proporciona. De por sí la tenemos facilísima con tanta tecnología, que a la punta del dedo podemos tener prácticamente cualquier información que se nos antoje. Aprovechemos las ventajas de nuestra era para crear más conocimiento propio y para otros.

Así, aunque no podamos medir si efectivamente somos más inteligentes que antes, por lo menos tenemos la certeza de que no somos menos inteligentes porque seguimos trabajando por desarrollarnos y superarnos a nosotros mismos, y eso ya es de aplaudirse.

Y tal como mi maestra me hizo sentir bien cuando me dijo que era inteligente, y me motivó a seguir haciendo ese tipo de preguntas, considero que es muy importante hacerles saber a nuestros niños que son inteligentes y capaces, que tienen todo un mundo por descubrir, y para ello no necesitan más que un poco de curiosidad y voluntad.